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Speaker Series - Brexit: Antecedentes y Consecuencias

25 Octubre, 2019

Gran Bretaña se unió a la Unión Europea (UE) en 1973 y siempre ha sido un estado miembro algo incómodo. Esta incomodidad se debe en parte a que en el sistema político de Gran Bretaña "el ganador se lo lleva todo" y no está acostumbrado a la construcción de amplias coaliciones, el ADN de la UE. Además, su relación especial con los Estados Unidos y sus antiguas colonias hicieron que Gran Bretaña se sintiera menos dependiente de la UE. 

Después de moldear el proceso de integración durante 46 años, Gran Bretaña dejará su asiento en la mesa y se convertirá en el primer país en salir de la UE. Han pasado tres años desde el referéndum y Gran Bretaña enfrenta ahora una crisis política por el Brexit, solicitando ahora otra extensión a la UE para formalizar un acuerdo.  

 

¿Por qué ha sido tan difícil lograr el Brexit?  

Según Alejandro Patiño, la configuración propia del Reino Unido ha complicado el proceso. El mandato del gobierno de Theresa May era entregar el resultado del referéndum y concretar la salida del Reino Unido de la UE en un período de dos años. Sin embargo, el obstáculo ha sido Irlanda, estado miembro de la UE que, con la decisión de Gran Bretaña, dejaría de ser parte de la UE.  

El problema ha sido que se han asumido una serie de compromisos con las Irlandas, incluidas decisiones que molestaron a los grupos pro-brexit y que han complicado el proceso.  

Cuando Boris Johnson asume su mandato anuncia que su primer compromiso va a ser renegociar los compromisos con las Irlandas, y lo logra. Se crea un mecanismo bastante complejo en el que, básicamente, el Reino Unido se compromete a sacar a Irlanda del Norte de la unión aduanera, sin embargo, va a seguir aplicando la legislación que tiene la UE. Es por esto por lo que, a este momento, la UE ha aprobado una extensión de tres meses para que el Reino Unido defina la legislación que enmarcará el Brexit.  

 

¿Qué es un Brexit duro y qué es un Brexit suave? 

Don Tomás Dueñas clarificó que un Brexit duro es la salida del Reino Unido de la UE sin negociación, mientras que un Brexit suave es una salida con negociación. Hay que recalcar que Inglaterra no tiene una constitución, es un parlamento muy particular y entonces es un parlamento en donde uno puede ganar en la mañana una votación y perderla en la tarde por procedimiento. Esto contribuye a que el proceso haya sido un poco caótico durante los últimos tres años.  

El Brexit que está sobre la mesa es realmente una discusión política, y lo trágico de la situación es que el tema de la implementación del Brexit duro o suave se ha dejado a un lado y ese es el peligro, tanto para el Reino Unido, como para países que tenemos relaciones con ellos, como el caso de Costa Rica. Una cosa es ponerse de acuerdo en las cláusulas de un tratado de libre comercio o de un contrato y, otra cosa diferente, es la implementación que requiere una negociación aparte. Por ejemplo, el “Yellow Hammer Report” es el plan de contingencia del Reino Unido en caso de que se diera un Brexit duro y, en sus seis páginas, queda muy claro el caos y el nivel de complejidad a nivel de implementación.  

La situación es tan compleja que es posible compararla con un escenario hipotético en el que Nueva York se declara independiente de los Estados Unidos y, los estados que están arriba como New Hampshire y Vermont, ahora tengan que hacer aduanas con Nueva York.  

 

¿Qué tan útil es la propuesta que está sobre la mesa para resolver la situación de Irlanda y su relación con el Reino Unido? 

La propuesta de Theresa May, comparada con la propuesta de Boris Johnson, no funcionó porque ésta todavía hablaba sobre barreras físicas en la frontera entre las Irlandas para controlar la entrada y salida de productos.  Boris Johnson encontró una solución pragmática que se venía discutiendo desde las épocas de May pero que no se concretó por la lealtad del gobierno con los unionistas: la frontera aduanera ya no va a quedar en el medio de la isla, sino que va a quedar en medio del mar. Esta es una propuesta inédita, que no conoce precedente en materia de aduanas. Entonces, Irlanda del Norte va a pertenecer simultáneamente a la unión aduanera de Reino Unido y al mercado único europeo. Esto va a generar un problema significante a nivel práctico una vez que se implemente, debido a que va a ser muy difícil, por no decir imposible, rastrear el destino de las mercancías.  

 

¿Cómo se ve involucrada la Organización Mundial del Comercio (OMC) en todo este proceso?  

El Reino Unido ya es parte de la OMC por lo que, desde esta perspectiva, esto está resuelto. Sin embargo, su relación con la Unión Europea probablemente se regirá por las reglas de la OMC. Si en los siguientes dos años de negociación no se alcanzara algún acuerdo, entonces para el intercambio comercial las reglas que regirían entre la UE y el Reino Unido serían los de la OMC.   

 

¿Qué oportunidades representa el Brexit para los empresarios costarricenses? 

En este proceso se ofrece a Centroamérica un acuerdo en el cual existen las mismas condiciones de negociación y de acceso al mercado que el grupo tenía con la Unión Europea, más una condición adicional en la que se les permite también seguir negociando como bloque o bilateralmente con el Reino Unido para buscar mejores condiciones de comercio. Esto sin duda es una oportunidad grande para Costa Rica porque nos adelanta en el proceso de negociación que, sin el apoyo del bloque centroamericano, hubiese sido muy complicado.  

 

Puede escuchar el podcast del evento en las siguientes plataformas: 

 

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