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La riqueza de cada techo

09 Febrero, 2021

 

  Por Francesco Pignani
  Profesor de LEAD University
 Licenciado en Química de la UCR, completó estudios con un MBA en Banca y Finanzas en la National University. Cuenta con 24 años de experiencia en una empresa multinacional suiza, además de 13 años de docencia en posgrados y consultorías. Trabajó en Brasil y México.
 

 

El ICE, en su comunicación corporativa utiliza el eslogan: “Somos electricidad renovable y solidaria”, ¿porqué no hacer solidaria también la generación?

Costa Rica es un país bendecido por el sol, sin embargo estamos aprovechando poco esta energía. El techo de cada casa podría fácilmente convertirse en un generador de electricidad, repartiendo así la riqueza ofrecida por la naturaleza.

Haciendo una analogía con la industria del turismo, Costa Rica es un país bendecido por los turistas, los cuales nos dejan una gran riqueza distribuida entre muchos actores del mercado: restaurantes, hoteles, guías, artesanos, taxistas, meseros etc, etc.

En la meseta central 100 metros cuadrados de paneles solares generan cerca de  2,000 kWh de energía por mes, esto equivale aproximadamente 200,000 colones/mes al precio de kWh del CNFL (Compañía Nacional de Fuerza y Luz).

Actualmente el retorno sobre la inversión de una instalación de este tipo, considerando los contratos actuales con CNFL (que solo reconoce un 49% de la energía entregada a la red), es de unos 8 años; de poseer un vehículo eléctrico y “cargarlo en casa”, el retorno de la inversión se disminuye a la mitad del tiempo.

La venta, distribución e instalación de paneles  en los techo de las casas puede dar empleo a mucha gente. Adicionalmente esta disponibilidad de energía a bajo costo generaría muchas iniciativas y negocios nuevos, esto sería tremendamente valioso para el país.

Después de la salida de la salida de Donald Trump de la presidencia de Estados Unidos, nadie duda que el tema de energías alternativas recibirá un impulso definitivo a nivel mundial. Para el caso que nos interesa, la revista The Economist recientemente publicó un artículo sobre paneles solares cuyo costo ha venido reduciéndose en escala logarítmica llegando hoy en día a US$0.1/W producido.

Esto es mucho más económico que construir nuevas plantas hidroeléctricas cuyo costo e impacto ambiental es fuertemente criticado hoy en día.

Finalmente, para nuestro país, las plantas hidroeléctricas existentes seguirán teniendo mucha importancia como soporte alternativo a la producción solar en las noches y en los “días nublados”. Claramente deben estudiarse los costos de adaptar el sistema actual a la variabilidad de la generación solar y la estabilidad de la red eléctrica.

Esta estabilidad debe considerar el almacenamiento de la energía. El costo de las baterías de litio disminuye continuamente y la innovación no se detiene. Por ejemplo, conforme la cantidad de vehículos eléctricos aumente, así aumentará la disponibilidad de capacidad de almacenamiento, las mismas baterías de los vehículos pueden estar conectadas la mayoría del tiempo a la red eléctrica cargándose o descargándose según las necesidades.

Los algoritmos matemáticos hoy en día hacen milagros y si consideramos que muchos de los vehículos se utilizan el 5% del tiempo, es fácil encontrar soluciones de compra y venta de energía. Adicionalmente no hay que olvidar que estas baterías pueden reutilizarse en las casas por muchos años después de su uso en los vehículos.

Producir hidrógeno es otra gran innovación en el tema de almacenamiento de energía.

Ya se están comercializando equipos del tamaño de una nevera para uso domiciliar que utilizan “fuel cells” para esto. Es claro, su costo todavía es alto comparado con las baterías de litio.

La pregunta que queda por responder es la siguiente: ¿se necesita generar tanta corriente eléctrica, cuando hoy en día logramos producir toda la que necesitamos sin quemar bunker?

Costa Rica en 2019 importó 1.500 millones de dólares de hidrocarburos, ¿no sería “elegante” que este dinero fuera entregado a las familias que generan corriente en sus techos? ¿Sería una utopía pensar que usted le venda energía eléctrica a alguien que se estacione al frente de su casa?

Al existir tantas ventajas, ¿por qué no se ha desarrollado todavía el mercado de generación casera? La respuesta está en las leyes y reglamentos actuales que no benefician al pequeño productor; sin embargo, si consideramos la generación en el techo de una casa como si fuera una Pyme, sin duda alguna el enfoque del gobierno sería distinto.

El Ing. Franklin Chang, en una interesante entrevista al periódico “El Observador” del 31 de enero 2021, explica la utilización en trasporte vehicular de hidrógeno generado por fuentes renovables y al referirse a las iniciativas del gobierno sobre estos temas innovadores menciona, con una punta de ironía: “es como nadar en una laguna de miel” .

Cuando la visión del futuro es clara, es fácil generar estrategias que logren sincronizar todos los elementos necesarios para que un proyecto de esta envergadura pueda resultar exitoso. Muchos países lo están logrando, ¿por qué nosotros no podríamos?

 

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