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Speaker Series - Redes Sociales y su Efecto en la Democracia

28 Septiembre, 2019

La última edición de nuestra plataforma Speaker Series exploró los efectos de las redes sociales en nuestras democracias, tanto las oportunidades como los retos que presentan. Eduardo Ulibarri, Michelle Chinchilla y Cristian Cambronero; discutieron acerca de estos y otros aspectos bajo la moderación de la Dra. Simone Bunse, Directora Académica de LEAD University, quien es politóloga con un doctorado de Oxford.  

Simone Bunse (SB): ¿Las plataformas de las redes sociales están creando espacios para la deliberación pública y la democracia o están amplificando contenido que crea ciudadanos adictos, desinformados y enojados? ¿Ustedes son generalmente optimistas con respecto a las redes sociales y su efecto en la democracia, o pesimistas? ¿Por qué? 

Eduardo Ulibarri (EU): Las redes sociales son como una moneda: tienen un anverso y un reverso. Y de lo único que tenemos certeza es que esta moneda se la echan a la bolsa las plataformas que brindan los servicios digitales con los modelos de negocio que utilizan.  

 

Yo tiendo a ser coyuntural y moderadamente pesimista.  

 

Primero la parte positiva: Hemos visto que, en el caso de Costa Rica, en la segunda ronda de las últimas elecciones hubo un uso intenso de las redes sociales tanto en un sentido negativo como en un sentido que, desde mi punto de vista, fue positivo (como utilizarlas para organizar la coalición Costa Rica que fue fundamental en el resultado electoral). Además, las redes sociales nos brindan a todos plataformas para comunicarnos entre nosotros, para expresar nuestros puntos de vista, para tener acceso a la información, para reclamar derechos, para reclamar respuesta a necesidad y a reclamos ciudadanos. Todo eso es muy positivo. Sin embargo, para la democracia, coyunturalmente (y utilizo esta palabra porque creo que al cabo del tiempo podría superarse, aunque también podría empeorar) están teniendo un efecto más negativo que positivo.  

 

Comienzo a señalar algunos aspectos por lo creo que esto es así:  

  1. Las plataformas de redes sociales tienen un modelo de negocios que, desde el punto de vista de su efecto en la democracia, es esencialmente negativo. Fundamentalmente porque ese modelo de negocio consiste en privilegiar aquellos mensajes que generan adhesión, reacción y retrasmisión por parte del público. Y normalmente esos son los mensaje más emocionales y negativos. Mientras ese modelo de negocios no cambie, difícilmente el impacto negativo de las redes sociales sobre la democracia va a cambiar.  

  1. A esto está vinculado, además, la invasión de la privacidad. El modelo de negocio es generar tráfico, captar información detallada sobre quienes entran a las redes sociales, procesar esa información y vender el uso de esa riqueza informativa a quienes están dispuestos a pagar por ella.  

  2. Los seres humanos somos seres sociales y al ser así, tendemos a compartir con las personas que son afines a nosotros. Tendemos a favorecer el pensamiento con el que coincidimos y no con el pensamiento con el cual disentimos. Muchas veces nos negamos a aceptar las verdades que contradicen nuestros puntos de vista. Todo esto hace que, mediante las redes sociales, nos envolvamos en una serie de cámaras de eco o en grupos casi que tribales que a veces lo que hacen es reducir la capacidad de un diálogo y de una discusión publica más enriquecedora y diversa.  

 

Michelle Chinchilla (MC): En Costa Rica uno podría decir que las redes sociales han ayudado mucho en el tema de la comunicación. Pero después de una década de tener redes sociales, yo descubro que la idea de que estamos conectados es mentira porque, en realidad, ahora estamos divididos. Nuestra vida cambió y no nos hemos dado cuenta de cómo y por qué. Hoy día tenemos una “sociedad digital” además de una “sociedad material.” Sin embargo, en las dos conversamos, paseamos, compramos, nos divertimos, hacemos amigos y trabajamos. Toda nuestra actividad diaria está en una red social o plataforma. Al estar en una sociedad digital, ya nuestro entorno empieza a cambiar.  

Esto está relacionado al tema de la gobernanza o la regulación de internet. Pero ¿a quién gobernamos? ¿Quiénes son los dueños de internet? Y ¿en dónde está internet? Por medio de los servicios que ofrece el internet se desarrolla entonces la “economía gig” que es la automatización de los servicios. Es por esto por lo que mi respuesta es pesimista: porque hasta ahora no hemos hecho un alto en el camino y no hemos analizado lo que nos está pasando y hacia dónde ir. Nosotros tenemos que ir hacia una educación en el uso de los datos que les damos a las plataformas de redes sociales, debemos tener una educación en asegurar nuestra privacidad. Es por esto por lo que, si no hay una gobernanza del internet, en el futuro, los datos se van a volver en contra de nosotros.  

Cristian Cambronero (CC): Mi posición es, sin duda, optimista. La innovación y los mismos procesos que nos tienen en estos aprietos nos van a devolver a un lugar mejor. Algo interesante con las redes sociales es que dejaron de ser algo nuevo hace años, pero es algo permanentemente nuevo. Yo estoy convencido de que la tecnología y las plataformas que determinen la elección presidencial en Costa Rica en el 2022 aún no la conocemos ni la entendemos muy bien hoy. Entonces, soy optimista, pero creo que hay distintas formas de ser optimista.  

En Costa Rica, por ejemplo, la elección del 2006 fue la ultima elección “tradicional.” Fue la elección de “el barco necesita capitán.”  Lo que pasó en la elección del 2018 no tengo que recordarlo. Desde el punto de vista positivo y desde el punto de vista negativo. Las redes fueron fundamentales para establecer esa crucial polarización que se dio en la opinión pública costarricense, pero también para articular el movimiento que nos salvó de un gobierno fundamentalista. Si algo determinó esta última elección fue WhastApp, ya no Twitter, ya no Facebook y ya no YouTube. Durante la elección estadounidense, aquí estábamos lidiando con “fake news” relativamente insipientes porque aquí los fenómenos siguen siendo un poco de garage.  

Cuando se habla de fake news, por ejemplo, ya se está trabajando en algoritmos de cruce de información que validan de forma automática un contenido recién publicado para que uno sepa cuántas veces más se ha publicado ese contenido y le de algún nivel de criterio de validez sobre esa tecnología. Estas son cosas que nos suenan ajenas pero que, en estados más avanzados, ya se están discutiendo de forma muy seria. Nos van a llevar a regular y a encausar de formar más constructivas ese poder creador que hoy nos tiene en esta situación.  

Cuando yo sí hago el balance entre lo bueno y lo malo, entre las amenazas y las oportunidades inevitablemente tiendo a ser optimista. No soy idealista pero tampoco pesimista como la gente que sataniza esencialmente las redes sociales como algo intrínsecamente malo porque creo que, como todo lo que crea el ser humano, ni es bueno ni es malo: es como se use.  

SB: ¿Qué condiciones hacen que las redes sociales se puedan transformar en una fuerza para el bien, tanto en Costa Rica como en el mundo?  

 

EU: Algunas decisiones que han tomado ciertos proveedores de servicios de redes sociales de bloquear una serie de cuentas por el tipo de discurso que comparten no son acertadas. Esto es una forma de eludir otro tipo de regulación que es más importante pero que toca negativamente a su modelo de negocios. Esos tipos de regulaciones son: 

  1. Que los usuarios tengan un control mayor sobre sus cuentas y sobre sus datos que esos datos no se puedan usar libremente sin el conocimiento de los usuarios  

  1. Que se abran y se den a conocer los algoritmos que se usan para decidir cómo los mensajes se reproducen y a quién le llegan ese tipo de mensajes.  

 

MC: Yo lo veo en cuatro aspectos:  

 

  1. La crisis de credibilidad que estamos pasando en el sector formal es muy real. Por ejemplo, ya no se le cree al periodismo, a la institucionalidad publica, la versión oficial ya no se cree. Siempre existe la malicia de que es mentira, pero no existe la malicia de que es mentira lo que nos sale en redes sociales. Eso es un gran reto que hay que ir rompiendo, porque hay cosas que son hechos claros y hay cosas que son mentiras claras.  

  1. Todo este tema gira en torno a la educación porque es necesaria una educación digital, no solamente en el uso de nuestros datos y una responsabilidad de nuestra privacidad sino una educación clara de cuál es el impacto de propagar información incorrecta.  

  1. A nivel de país debemos tener una agenda internacional dedicada a el uso de responsable de las redes sociales. Ya existe el foro para la gobernanza de internet de la ONU, fue creado en el 2005. Pero es una iniciativa bastante incipiente. Parte de lo que nos afecta es que la sociedad digital avanza muy rápido y la sociedad material es muy lenta para avanzar.  

  1. El nuevo rol del periodismo tiene además un reto en términos de credibilidad porque la gente ya no cree en el periodismo y hay que apostar a la innovación para reinventar. El periodismo tiene que hacer una reflexión profunda sobre su rol en la democracia y recordar que son los líderes de opinión de la gente.  

 

CC: Hay dos elementos fundamentales: 

 

  1. La apuesta por la alfabetización es fundamental. Yo estoy convencido de que usuarios más capaces de discernir van a desembocar, inevitablemente, en usos más estratégicos de las plataformas y de la tecnología. La alfabetización es una oportunidad grande para enseñar a las personas los riesgos y también los aspectos positivos que tienen las tecnologías.  

  1. Lo segundo a lo que hay que apuntar es el estado, con los gobiernos, las organizaciones políticas como actores fundamentales del sistema democrático. Se ha subestimado, de una forma alarmante, la importancia de la gestión estratégica de la comunicación en este nuevo tiempo. Es realmente frustrante pensar que la estrategia estrella de nuestro gobierno sea una plataforma de “fact checking” de su propia información, es decir como el gobierno verificándose a sí mismo. Eso me parece alucinante. En comunicación no existe el vacío, el vacío se va a llenar con algo. Cuando las fuentes oficiales dejan vacío ese espacio lo van a ocupar sus detractores políticos inevitablemente y en un panorama como el actual se va a llenar con basura, con ruido y con desinformación. Necesitamos organizaciones políticas y gobiernos abiertos y transparentes que sean proactivos en la forma en la manera en la que se comunican. La comunicación tiene que ser proactiva para que sea acertada.  

La actividad concluyo con recomendaciones de parte de los panelistas al público acerca de cómo los usuarios pueden minimizar el efecto negativo de las redes sociales en nuestras democracias. A continuación, los consejos: 

 

  • Procurar que nuestro comportamiento en línea sea equivalente al comportamiento que tenemos en la vida desconectada 

  • Estar alerta y cuestionarse lo que nos aparece en redes que nos parece demasiado bueno para ser verdad o que reflejan exactamente lo que estamos pensando 

  • La frugalidad y la moderación son claves en la cantidad o el volumen que consumimos, para no sumergirnos en esa centrifuga de información que puede ser tóxica 

  • No perder de vista que hay que ser sensibles acerca de lo que decimos y a quién se lo decimos  

  • Evitar la compulsión o la inmediatez para garantizar una mayor empatía  

 

Puede escuchar el podcast del evento en las siguientes plataformas: 

 

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