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Sí a la minería y explotación de oro gris a nube abierta

07 Febrero, 2017

Carlos A. González A.

El siglo XX se caracterizó por ser una época de grandes guerras e ideologías antagónicas. Sin embargo, también florecieron la Ciencia y Tecnología, sustentadas sobre cuatro pilares fundamentales: la física atómica, la física del espacio, las aplicaciones de la electrónica y la química de la vida. Y quizás, la fórmula matemática más importante de este periodo la propuso un físico de origen alemán que establece que la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado (E=M*C2). Eran tiempos en donde se contaba con dos superpotencias militares y económicas y parte de sus riquezas giraba en torno a la gran explotación de minerales como el llamado oro negro. En el caso de América Latina, los dos grandes exportadores de petróleo aún cuentan con una desigualdad social marcada, y alcanzan si acaso índices de desarrollo humano de valor intermedio.

Durante la primera parte del siglo XX, en nuestro país se encontraba en pleno apogeo la famosa mina del Aguacate, de donde se extraía oro amarillo. El ferrocarril construyó en ese entonces una bóveda debajo de la estación de Concepción, con el fin de estibar ahí miles de lingotes de oro amarillo, los cuales eran cargados en el tren hasta el puerto de Puntarenas. ¿Cuánto oro amarillo salió por Concepción?, quizás nunca se sepa, pero lo que sí se sabe es que a través de los años poco beneficio se obtuvo de esa explotación.

Un nuevo tipo de explotación: La minería de oro gris

Actualmente estamos viviendo una transformación asombrosa, producto de las nuevas tecnologías de la información y comunicación que, incluso están haciendo tambalear el paradigma del método científico. En efecto, las diferentes disciplinas recurren a un uso cada vez más intensivo de estas tecnologías, generando diluvios de datos por doquier. Entonces, más que establecer una hipótesis y generar datos para probarla, contamos con montañas de datos, los cuales debemos analizar para descubrir nuevo conocimiento, eso es lo se denomina minería de datos. Podemos decir que somos ricos en datos pero no nos hemos preocupado por interpretarlos adecuadamente, es decir, somos muy pobres en información.

Como un proyecto país, debemos apostar por la minería y explotación del oro gris, es decir, por aquella que utiliza como materia prima esos 1400 gramos de masa que todas las personas tenemos en nuestras cabezas. Muchos problemas que nos aquejan se deben a falta de información oportuna y confiable. Con la minería de datos podemos ayudar a resolver muchos de los problemas que tantos nos aquejan, y beneficiarnos como lo están haciendo otras sociedades.

Uso práctico de la minería de datos:

En el caso del deporte, por ejemplo, el equipo de fútbol italiano AC Milán ha realizado un seguimiento automatizado de sus jugadores. Dicho sistema se basa en redes neuronales y permite al cuerpo técnico prevenir lesiones y optimizar el acondicionamiento de cada jugador. El sistema dispone de miles de casos registrados. Además, el sistema pretende saber si una determinada lesión se relaciona con el estilo de juego del país de origen del jugador.

En cuanto a la genómica y la proteómica y su impacto en la biomedicina, se requiere la minería de datos para determinar qué es realmente importante dentro del enorme volumen de datos que se generan. Solamente el número de pares de bases químicas del ADN humano ha resultado ser de 3.120 millones.

Por su parte, el Observatorio del Monte Palomar recogió durante seis años, cerca de tres terabytes en imágenes que contienen aproximadamente dos millones de objetos estelares. El objetivo ha sido la creación de un catálogo de todos esos objetos. El sistema se basa en minería de datos para clasificar los objetos en estrellas, planetas, sistemas, galaxias, etc., con una alta confiabilidad y el descubrimiento de 16 nuevos quásares que se incluyen entre los objetos más lejanos del universo y, por ende, más viejos.

Cuenta Maclusky, en uno sus apreciados artículos (http://eltamiz.com/) que el Instituto Catalán de la Salud se tuvo que enfrentar a un problema de sanidad muy particular y tenía que ver con la alta incidencia de alergias en Barcelona, en donde se reportaban altos picos de brotes en ciertos momentos. Además, se repartían de forma atípica durante el año y eran muy virulentos. Varias personas se pusieron a investigar las causas y utilizando un sistema basado en minería de datos, encontraron una altísima correlación entre las descargas de soja en el puerto y 48 horas después, la aparición de los brotes. Conocida la causa, fue sencillo poner remedio: cerrar herméticamente los silos para evitar el polvo.

De esta manera, con un buen manejo de los diluvios de datos que generamos podríamos más fácilmente correlacionar las incidencias de cánceres y hábitos alimenticios; podríamos establecer patrones sobre la violencia y lugares donde se presentan los ilícitos; ayudar a establecer mapas genéticos de animales y vegetales; detectar más fácilmente los fraudes con tarjetas de crédito; establecer patrones entre el consumo de alcohol en adolescentes y su relación con determinadas variables de personalidad; optimizar las citas de los asegurados de la Caja, minimizando las horas médico perdidas; mejorar los sistemas de pensiones; en fin, mejorar los diferentes servicios que brindan las instituciones.

En este nuevo contexto de un mundo que se basa cada vez más en el conocimiento, podemos establecer una nueva fórmula: I = M*C2 (Información = Minería de datos * Comunicaciones*Computación).

Por todo lo anterior, Costa Rica debe enrumbarse en la creación de muchas minas de oro gris, las que son productivas, las que no contaminan, y desistir de la obtención de otros tipos de oros, en detrimento de todo un ecosistema que por rico y diverso es extremadamente frágil.

 

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