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Liderazgo en el Siglo XXI: Viaje de Aprendizaje a Washington D.C

30 Septiembre, 2018

Por Rodrigo A. Bartels

En estos tiempos, en los cuales nos movemos entre huelgas y crisis fiscales, es claro que nuestro país sufre del mismo problema que otros países en nuestra y otras regiones. Tenemos un faltante grave de líderes que nos guíen, tal vez no siempre teniendo la respuesta, pero siempre con la firmeza y el entendimiento de que como sociedad necesitamos líderes positivos en todos los ambientes: políticos, económicos, sociales, deportivos, culturales, entre otros. Nuestra historia está llena de estos caudillos, sin embargo, hoy parece hemos perdido estos personajes que nos ayudan a progresar como sociedad. Desde hace tiempo, y de forma más intensa con los eventos actuales, me he preguntado cómo deben ser los líderes del presente y sobre todo del futuro.

Buscando estas respuestas participé a principios de setiembre en un curso organizado por Lead University como parte de sus programas académicos. El curso, llamado Liderazgo en el Siglo XXI: Washington Residency, fue impartido en Georgetown University, una de las más prestigiosas del mundo. Junto conmigo, 13 personas más, todos estudiantes o graduados de Lead University, participamos durante una semana de una de las más experiencias sumamente interesante a nivel académico y profesional.

El curso fue realizado en el McCourt School of Public Policy, líder en el campo de políticas públicas, liderazgo y gobierno a nivel mundial. Cada día consistía en sesiones con expertos en distintos temas o visitas de campo a organismos internacionales. El programa estaba a cargo del Dr. Sam Potolicchio, profesor en Georgetown y vi decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Academia Presidencial Rusa. Sam también es consultor en temas de liderazgo para múltiples políticos, entre estos varios presidentes y primeros ministros del mundo.

Entre las sesiones, tuvimos algunas enfocadas en temas de América Latina. Una, por ejemplo, con expertos en violencia en Latinoamérica, y como la falta de liderazgo en la toma de decisiones ocasiona un deterioro de las condiciones de vida de los países, llegando en algunos casos a la violencia. Tuvimos dos sesiones también sobre seguridad alimentaria, las distintas formas de abordar este problema y la utilidad de las políticas públicas que utilizan los gobiernos actualmente para contrarrestarla.

Realizamos dos visitas a organismos internacionales: al Cato Institute y al Banco Mundial.

En el Cato Institute tuvimos una sesión con el Dr. Roger Pilon, abogado y consultor especializado en derecho constitucional estadounidense y cuyo asesor de tesis doctoral fue Milton Friedman. El Dr. Pilon presentó un análisis del proceso de confirmación de Brett Kavanaugh para la Corte Suprema de Justicia, haciéndonos un recorrido sobre la teoría de los derechos, partiendo del Acta de Independencia hasta nuestros días, y como ciertas decisiones de la Corte Suprema han bloqueado el progreso del país. No pude evitar pensar en nuestra Sala IV y como en ciertos momentos parece ser el poder gobernante en nuestro país.

En la segunda sesión conversamos con Juan Carlos Hidalgo, consultor encargado del análisis de políticas públicas para América Latina. Con Juan Carlos, quien solicitó hacer la sesión en español, conversamos entre ticos de como el liberalismo puede ser fuente de crecimiento económico y como esta puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de un país. Conversamos sobre Costa Rica y la crisis fiscal, y como llegamos a la situación actual de la mano de la indecisión y la falta de liderazgo en los 3 Poderes de la República. 

En el Banco Mundial conversamos con 3 analistas seniors dedicadas a América Latina, incluyendo al equipo que estuvo en Costa Rica en mayo conversando con el Presidente de la República sobre posibles proyectos entre Costa Rica y el Banco Mundial.

Imagen tomada de The Wolrd Bank [sitio web], 2019.

Otro día conversamos con Clyde Tuggle, ex Vicepresidente de Relaciones Públicas de Coca Cola Company. La conversación con él empezó sobre sus labores en Coca Cola y como muchas veces una empresa debe dedicar esfuerzos a lo que él llama Diplomacia Comercial, y como las empresas muchas veces deben tomar partido en asuntos que no son parte de giro de negocio, como los derechos humanos en Rusia o en Sudáfrica. Luego visitamos una variedad de temas desde como trabajar con millenials, como crecer en una organización transnacional hasta como elegir de forma efectiva cuáles relaciones personales y profesionales deben ser cultivadas y cuáles no. La segunda sesión consistió en un análisis de situación global a nivel comercial, político y económico con Joshua Baker, consultor en The Eurasia Group, antiguo miembro del comité de campaña de Hillary Clinton, y consultor para diversas agencias estadounidenses.

Las sesiones con el Dr. Potolocchio son de esas en las cuales uno sale sabiendo que lo visto es súper relevante, pero toma días, semanas y hasta años asimilarlo. Sus sesiones partieron de dos tesis: que los líderes se forman, no nacen y que para esto se requiere entrenamiento arduo para aprender a modificar y entrenar el cerebro para contrarrestar milenios de comportamientos aprendidos. En estas realizamos pruebas de diagnóstico, análisis de debates presidenciales y de anuncios de campana. Y nos quedamos con las ganas, por falta de tiempo, de realizar una conferencia de prensa hostil, una simulación en donde un estudiante en un podio recibe preguntas hostiles de todos los demás y debe saber qué y cómo responder para transmitir su mensaje.

El curso cerró con una sesión a cargo de Edward Price, antiguo asesor de Seguridad Nacional de Barack Obama, quién nos relató sobre sus experiencias en la Casa Blanca y las diversas metodologías para tomar decisiones en minutos con información limitada en situaciones globales.

Entre todas las sesiones, charlas y visitas, hubo una palabra que apareció en cada una de ellas: curiosidad. Y a partir de esto empecé a formar la respuesta a mi pregunta inicial. Un líder debe ser curioso, dedicar tiempo a aprender cosas nuevas y conocer gente nueva, pero siempre con un análisis de qué es valioso y qué no lo es para los objetivos que uno persigue. En nuestros días, de fake news, miles de millones de bytes de información y de recursos cada vez más escasos, de desinformación y desinterés, la curiosidad es un elemento vital para progresar como un mecanismo de apropiación del conocimiento y de aprendizaje de las diversas formas en que se puede ver nuestra realidad, elemento vital para poder formar acuerdos y negociar en cualquier situación de la vida.

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