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Habilidades blandas, cada vez más importantes

13 Febrero, 2020

Vivimos en una época donde estudiar y prepararse es cada vez más necesario. Antes, eran muy pocas las personas que tenían una maestría o especialidad en alguna materia específica, sin embargo, esto ha cambiado. En un mundo acelerado, lleno de nuevos descubrimientos tecnológicos todos los días, millones de datos generados por miles de usuarios, personas inquietas que quieren tener todo de inmediato, las necesidades del mercado laboral han cambiado.

Las habilidades blandas han ido tomando relevancia en los últimos años, ya que, las empresas no solo buscan profesionales con al menos 2 títulos universitarios, sino que también buscan personas integrales que tengan la capacidad de adaptarse a un equipo, motivar a sus compañeros y liderar los cambios que se hagan dentro de la compañía.

Ingresé a LEAD University en el 2018, luego de haber estudiado durante 3 años Arquitectura en la Universidad de Costa Rica. Mis expectativas eran muy altas, estaba en busca de una institución de negocios que me diera herramientas y contactos para salir preparado a un cambiante mundo de negocios. Revisando el plan de estudios de ULEAD, me percaté que había varios cursos de liderazgo, trabajo en equipo, relaciones interpersonales, etc.

 ¿Por qué la U incluiría materias de estos temas? La respuesta a esta pregunta no la encontré cuando terminé el primer curso de liderazgo, incluso luego de haberlo cursado no me quedó claro en qué me iba a funcionar para crecer en mi carrera profesional. Fue después de un tiempo que me di cuenta que ULEAD me ayudó a potenciar diferentes habilidades. Tener diferentes jefes en poco tiempo, fue el momento donde me percate que los “Soft Skills” son super importantes. Identificar qué cosas quiero aprender de una persona, qué otras no me agradan e irme formando para generar mi criterio.

A pesar de no haber concluido aún mi primer bachillerato, se me ha tomado en cuenta para puestos relevantes en una importante empresa como lo es FIFCO, y no tengo la menor duda de que mucho se debe a la manera en la que nos preparan en esta universidad.

No soy el mejor economista, ni siquiera el mejor en Excel, pero he trabajado duro para ganarme la confianza de mis colaboradores y clientes. La primera barrera que enfrentamos al ingresar muy jóvenes a una empresa es ser encasillados como “Pasantes”, concepto que muchas veces se confunde, ya que, se les trata como menos y no se les toma en cuenta para discutir las decisiones importantes. La primera decisión que tomé, fue buscar la interacción personal. Por ejemplo, si tenía que conversar con alguna persona que estaba en el mismo edificio que yo, evitaba buscarla por correo o por teléfono. No es lo mismo que alguien me pida un favor o me haga una pregunta por un medio digital, a que se presente, me escuche y me ofrezca su ayuda en persona.

Poco a poco al conocer a personas de varios departamentos fui ganando su confianza, demostrando que a pesar de mi corta edad venía con muchas ganas de hacer las cosas bien. Debemos ser empáticos, entender que hay profesionales que llevan ejerciendo muchísimos años. Ellos quieren que los jóvenes los escuchen, los respeten y les dediquen tiempo. Esta característica que traemos los jóvenes, de querer llegar a ser directores o gerentes realmente rápido, no nos permite entender que debemos empezar desde lo más bajo para ir creciendo poco a poco, que debemos escuchar y aprender de los que ya pasaron por nuestra situación. 

Esto aplica para personas que quieren crecer en una empresa o personas que desean emprender. La capacidad de escuchar el consejo y la crítica para transformarlo en una mejor versión no es fácil, pero si tenemos la capacidad de hacerlo vamos a demostrar madurez y podremos así empezar a cambiar la percepción acerca de los jóvenes en el mundo laboral.

¿Organigrama? Creo, de manera firme, que si trabajamos en un equipo horizontal, donde nadie se cree más que nadie, el ambiente de trabajo es mucho más saludable. En algunos momentos vamos a necesitar ayuda a lo interno del equipo para poder resolver algunos problemas, pero en otras ocasiones vamos a ser nosotros quienes ofrezcamos la asistencia. No por haber tenido la oportunidad de estudiar significa que tengamos más o mejor conocimiento que los demás.

La inteligencia emocional es también un tema relevante, pues se refiere a la capacidad de abordar un problema de manera tranquila, evaluando las posibles soluciones e involucrando al equipo para que tomemos una decisión en conjunto.

No dejemos de cuestionar las cosas. Si hay algún proceso o dinámica que se ha hecho igual, dentro de la empresa por los últimos años, no tengamos miedo a plantear nuevas formas de hacerlo. Cuestionar al sistema es uno de los procesos más ricos para despertar inquietudes y empezar a generar cambios. No es lo mismo señalar que las cosas se hacen mal a ofrecer una forma distinta de hacer las cosas, para que el beneficio de la empresa sea mayor.

Quisiera concluir esta nota con uno de los aprendizajes que más me ha funcionado, y es que somos personas antes que empleados. Debemos conocer a fondo las personas con las que trabajamos para luego poder sacar su mayor potencial en las labores de negocios.

 

Artículo escrito por Gustavo Rodríguez Blanco, estudiante del bachillerato en Ciencias Empresariales que labora actualmente en FIFCO como Líder Comercial de E-commerce

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